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    El invierno es la época del año que más puede afectar a tus cerramientos. El frío, la humedad y el viento pueden hacer que su estado empeore, pero no te preocupes, siguiendo los sencillos pasos que te dejamos en este artículo, ¡sabrás como mantener un cerramiento en perfecto estado durante el invierno!

    Consejos para el mantenimiento de cerramientos en invierno

    Limpia los cerramientos con frecuencia

    La limpieza es uno de los puntos más importantes para mantener un cerramiento en buen estado. Durante el invierno, la lluvia y el viento suelen arrastrar suciedad, hojas y polvo, que se acumulan en las superficies. Esto no solo hace que los cerramientos se vean descuidados, sino que también puede deteriorarlos con el tiempo.

    Para limpiarlos, usa un paño suave o una esponja y una mezcla de agua tibia con un poco de jabón neutro. Evita productos químicos fuertes, ya que pueden dañar los materiales, especialmente si se trata de cerramientos de aluminio o PVC. Una limpieza regular también te ayudará a detectar a tiempo cualquier desperfecto o daño.

    Revisa las juntas y los sellados

    Las juntas y los sellados son clave para evitar que entre el frío o la humedad al interior. Durante el invierno, es importante revisarlos para asegurarte de que están en buen estado. Si notas que alguna junta está rota, desgastada o ha perdido flexibilidad, es hora de reemplazarla.

    Puedes encontrar juntas de recambio en tiendas de bricolaje, y suelen ser fáciles de instalar. También es buena idea aplicar silicona o algún sellador en las zonas donde notes filtraciones. Esto ayudará a mantener el cerramiento hermético y a evitar pérdidas de calor dentro de casa.

    Lubrica las partes móviles

    Si tu cerramiento tiene bisagras, rieles o cerraduras, es importante mantener estas partes móviles en buen estado para que funcionen correctamente. El frío y la humedad pueden hacer que las piezas metálicas se oxiden o se endurezcan, lo que dificulta su movimiento.

    Para evitar esto, utiliza un lubricante específico para metales o una gota de aceite multiusos. Aplica una pequeña cantidad en las bisagras y los rieles, y mueve las piezas para que el lubricante se distribuya de manera uniforme. Esto no solo alargará la vida útil del cerramiento, sino que también hará que sea más fácil abrir y cerrar.

    Protege el vidrio

    Si tu cerramiento incluye vidrios, estos también necesitan atención especial en invierno. Los cambios de temperatura pueden hacer que aparezcan grietas, especialmente si hay algún impacto o si el vidrio ya tenía algún daño previo.

    Limpia los cristales con cuidado, usando un limpiador específico o una mezcla de agua y vinagre. Evita aplicar demasiada presión, ya que esto podría dañar el vidrio. Además, revisa el estado del sellado alrededor del cristal para asegurarte de que no haya filtraciones de agua o aire.

    Cuida la estructura

    La estructura del cerramiento, ya sea de madera, aluminio o PVC, también necesita atención. La madera, por ejemplo, puede absorber humedad y deformarse si no está bien tratada. Si tienes cerramientos de madera, aplica un protector contra la humedad antes de que lleguen las lluvias fuertes.

    En el caso del aluminio o PVC, revisa que no haya golpes, rayones o partes flojas. Si detectas algún desperfecto, repáralo lo antes posible para evitar que empeore. Una capa de cera o un producto específico para estos materiales puede ayudar a protegerlos del desgaste.

    Evita la acumulación de agua

    El agua es uno de los peores enemigos de cualquier cerramiento, especialmente durante el invierno. Si tu cerramiento tiene rieles o bordes horizontales, asegúrate de que no haya agua acumulada. El agua estancada puede congelarse con el frío, lo que podría dañar los materiales o dificultar el movimiento de las piezas.

    Para evitarlo, revisa con frecuencia los desagües o ranuras que tenga el cerramiento y límpialos si están obstruidos. También es buena idea instalar pequeños protectores o cubiertas en las zonas donde más se acumula el agua.

    Controla la ventilación

    Aunque parezca contradictorio, ventilar es importante incluso en invierno. Los cerramientos muy herméticos pueden favorecer la acumulación de humedad en el interior, lo que a la larga podría generar moho o malos olores.

    Abre el cerramiento durante unos minutos al día para que circule el aire, especialmente en días soleados. Esto no solo ayuda a mantener el interior más fresco, sino que también evita que se acumule condensación en los cristales o en las juntas.

    Con estos cuidados básicos, tu cerramiento estará preparado para resistir el invierno y mantenerse en buen estado durante mucho tiempo. Recuerda que un mantenimiento regular es la clave para alargar su vida útil y evitar reparaciones costosas más adelante.

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